Iniciativas Musicales

MÉTODO WILLEMS

La síntesis que aquí presentamos, es el resultado de más de 50 años de experiencia y estudios realizados con niños de todas las edades y en varios países, basándose en la música como punto de partida y bajo un riguroso estudio de la evolución de los niños.

El método WILLEMS le da gran importancia a los elementos naturales: el movimiento y la voz, que están en todo ser humano.

Partimos de que la música es un lenguaje, y como nuestra propia lengua, precisa de una impregnación (experimentación) anterior, basada en la escucha (desarrollo sensorial), que implica una memoria e interés (desarrollo afectivo), llegando a la conciencia través de la imitación e invención (desarrollo mental).

La línea pedagógica de Iniciativas Musicales se fundamenta en dos líneas simultáneas y complementarias: Una educación ACTIVA en la que el niño debe hacer música por sí mismo. Cantar, improvisar, estar activo, en definitiva, sentir la música con todo su cuerpo. Y una educación receptiva: escuchar música, cantar en coro, asistir a conciertos…

El objetivo principal de la Educación Musical Willems, es el ser humano, favorecer su crecimiento y evolución. Lo que la música aporta al desarrollo individual de la persona, así como el aspecto social que comienza en la familia y el colegio, ha sido ya científica y experimentalmente constatado.

La educación musical según estos principios, es accesible a todos los niños y adultos, dotados o no, y a todos beneficia por igual.

Asegura, gracias a unas bases vivas y ordenadas, un desarrollo del oído musical y del sentido rítmico, que prepara la práctica del solfeo, la de un instrumento o la de cualquier otra disciplina musical.

Emplea con la participación activa de los niños, medios naturales y vivos que van de lo concreto a lo abstracto, favoreciendo una transición homogénea de lo instintivo a la concentración, y de esta al automatismo.

Excluye todo procedimiento extra musical, ya sea como base o como punto de partida, pues consideramos que la música es lo bastante rica y atrayente en sí misma.

El material y conceptos empleados parten de la música en sí misma: del sonido, el movimiento sonoro, el ritmo, el canto y el movimiento corporal natural. Trabajando estos cuatro aspectos en cada clase, pues todos ellos son esenciales para una formación rica y completa.

No debemos alterar el orden ni obviar ninguno de los cuatro aspectos básicos. Ellos son los que integran la globalidad, pero es el profesor el que debe observar y exigir con cariño y firmeza.