El ritmo musical
Lunes 16 de octubre de 2023

Desde tiempos antiguos, desde los mismos griegos y sus pensadores como Pitágoras, Platón, Aristóteles, y Aristógenes de Tarento, hasta la actualidad, ha sido un tema recurrente: el ritmo.
Ha sido objeto de discusión, explorado en diversas facetas, y atribuido a múltiples características. Se le ha vinculado con números, movimiento, orden, organización, proporción, vida, forma, inteligencia, instinto, fuerza, repetición, alternancia, simetría, duración, intensidad, medida, descanso, voluntad, y la lista sigue.
Cuando nos sumergimos en la educación musical, a veces dejamos a un lado las cuestiones filosóficas y nos enfocamos en la práctica. Pero para que esta sea efectiva, es fundamental tener una base psicológica sólida, algo que todos los educadores pueden explorar y aprovechar. ¿Entonces, qué es realmente el ritmo? ¿Cómo podemos abordarlo en la enseñanza de música y obtener ese valor característico que ninguna otra cosa puede brindarnos? ¿Cómo podemos cultivar el ritmo en nuestros alumnos y corregirlo cuando se ha perdido debido a prácticas erróneas? La educación, y especialmente la reeducación, nos permite descubrir la verdadera naturaleza del ritmo y desentrañar dónde reside en el ser humano.
Después de diferenciar el ritmo de la métrica y la rítmica, podemos afirmar que es un componente vital, arraigado en la fisiología humana y cuya clave se encuentra en el cuerpo humano. Se trata de una experiencia que va más allá de la música y se extiende a todas las disciplinas artísticas. Un estudiante carente de ritmo a menudo tiene una conciencia del movimiento corporal poco desarrollada. El ritmo real, que exige la colaboración de tres elementos esenciales: duración, intensidad y plasticidad, reside en la imaginación motora. Aquellos que solo conciben el ritmo a través de uno de estos elementos o de otro abstracto, como número o proporción, están perdiendo la esencia del instinto rítmico.
El verdadero ritmo es innato y se encuentra en todos los seres humanos. Desde caminar y respirar hasta las pulsaciones del corazón y los movimientos más sutiles desencadenados por emociones y pensamientos, todos son movimientos instintivos que debemos aprovechar para cultivar el auténtico ritmo viviente en nuestros estudiantes.
El ritmo es un concepto difícil de definir, pero podría decirse que es un bello movimiento, una fuerza primordial que da forma a la vida y la música. Desde una perspectiva pedagógica, preferimos definirlo como «el movimiento ordenado». Aunque se puede reducir a fórmulas mensurables, debemos recordar que el ritmo no es lo mismo que el compás. Confundir el ritmo musical con el simple compás es un error común que lleva a una interpretación mecánica de la música.
En la educación, es fundamental despertar el instinto rítmico en los principiantes, desarrollarlo en todos los alumnos y corregirlo en aquellos que lo han perdido debido a prácticas erróneas. Debemos fomentar la conexión entre la imaginación motora y la actividad corporal. El ritmo es un elemento vital que no debe separarse de la acción del movimiento corporal.
Las fuentes del ritmo son diversas y se encuentran en la naturaleza, los ruidos, el canto de los pájaros, el lenguaje, los movimientos humanos, las emociones y las otras artes. La música, por supuesto, es una fuente primordial de ritmo. A través de canciones y ejercicios de ritmo basados en movimientos corporales y el uso de instrumentos de percusión, los estudiantes pueden experimentar y comprender el ritmo en un nivel profundo.
Sin embargo, pasar del movimiento instintivo a la conciencia cerebral es un desafío. Los estudiantes deben aprender a marcar compases de dos, tres y cuatro tiempos de manera natural y relajada, evitando la rigidez y la exageración. La comprensión de elementos como el tempo, el compás y la subdivisión del tiempo es esencial para escribir y leer ritmos en una partitura.
En resumen, el ritmo es una fuerza vital que da forma a la música y a la vida misma. Debemos nutrirlo y desarrollarlo en nuestros estudiantes, partiendo de su instinto natural y su conexión con el movimiento corporal. Las fuentes del ritmo son diversas y se encuentran en la naturaleza, la vida cotidiana y las otras formas de arte. La educación rítmica debe abordarse de manera integral, promoviendo la comprensión profunda del ritmo y su aplicación en la música y en la vida.